jueves, 4 de septiembre de 2014

Seguimos atorados

Una gran corrupción, si pero ¿por qué?
Ser especiales, es decir, no somos como los demás, aunque cada uno de nosotros somos los demás de los demás ¿o nó?
Si eso es así y así es, de qué otra manera podría ser, entonces por qué la necedad de continuar en ese camino y, como pueblo, seguir atorados.
Hipótesis 1
Transar para avanzar como único camino al éxito. En este sentido, se establece la mediocridad como elemento preponderante, es decir, si nuestra capacidad y calidad son competitivas, porqué tranzar. Buena pregunta pero, qué tal que el que decidirá no es tan apto y, además le reporta a alguien más, que, quizás ni siquiera es su dinero el que está en juego.
No hablamos sólo de negocios con el gobierno, también sucede en la IP y lo que tienen en común es que el dinero no es de ellos, sólo la mafia tiene resuelto el asunto pues el castigo no requiere juicios.
Por otra parte en la IP podría suceder, y cada vez es más frecuente, que le estén lavando al narcotráfico y la premisa del dinero no es tan contundente, pues es parte del negocio. De aquí podríamos concluir que el narcotráfico además de todo lo que se ha dicho por otros, es inflacionario y la pérdida siempre se traslada al ciudadano común –un producto que, de hecho vale menos, termina en un precio mayor tan sólo por este intermediario lavador que es el valor que le aporta a esa cadena productiva, es decir la del lavado de dinero. El otro es un producto  secundario y que, como ya lo he dicho, siempre termina pagándolo el ciudadano común.
Hipótesis 2
La presencia del Tlatoani. Necesitamos que alguien nos conduzca pues nuestra capacidad es muy limitada. Me resisto a aceptar esto aunque hay muchos indicadores en ese sentido. Nos dicen, en plural, por quién votar, qué comprar, dónde ir, etc. aunque esto es una contradicción en sí misma, es decir, si es así ¿cómo se da una jerarquización en la línea de mando? –podríamos decir que eso es parte de la cadena de valor, claro pero habiendo tanto intermediario que no trata con el Tlatoani ¿cómo recibe este intermediario, su recompensa? Por lo anterior, es más probable que en lugar de un Tlatoani, es que
Hipótesis 3
Nuestro concepto de productividad es muy avanzado. Es decir, prometer no empobrece, dar es lo que aniquila. Y, a eso voy ¿qué es más productivo que obtener algo desde la posición de una promesa? Eso y el hermano adoptivo de la promesa, el ya veremos es en verdad un invento genial, nada mejor que evitar el sí o el nó.
Dentro de los valores de una empresa productiva de primer mundo, saber decir nó, es muy importante, desde nuestra perspectiva, en México, no decir ni sí ni nó, es lo que nos permite navegar en aguas turbulentas manteniendo la promesa viva. Esta hipótesis, cancela, desde mi punto de vista, las otras dos.

Nuestro concepto de productividad aplica, tanto en nuestra vida diaria como en la productiva, ya que esa es nuestra vida diaria también. En la productiva, es muy importante que sea divertido pero en la otra es igual de divertido. Aquello de que no hay que tomarse a sí mismo, tan en serio, es un invento que le costó muchos años de estudio a los psicólogos del primer mundo, nosotros lo vivimos desde siempre, así crecemos y aprendemos de nuestros mayores. ¿Aprender de nuestros mayores a divertirnos? Eso cancela el efecto Tlatoani, pues de haberlo, él promueve la diversión por encima de cualquier otro valor.

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