jueves, 16 de agosto de 2012

Vivir la vida


Considero que debemos establecer un sentido que ponga a la vida en perspectiva, es decir, intentar reducir la subjetividad del concepto, establezcamos para ello un sentido positivo y, en contraposición, uno negativo.
En el sentido positivo, entenderemos; toda acción que la fortalece, la justifica, la preserva. En el sentido negativo, por consecuencia es; toda acción que la debilita, la refuta, la cancela.
La fortalece; la adaptación, la respuesta ante riesgos naturales, la cultura, el conocimiento,
La justifica; la muerte, las heridas,
La preserva; el respeto a la naturaleza, la observación, la experimentación, el azar, la búsqueda del conocimiento, la mudanza,
La debilita; la fatalidad, el dogmatismo, el destino, la comodidad,
La refuta; la búsqueda de la felicidad, la justicia, la verdad, el control, la explosión demográfica,
La cancela; el concepto de eternidad, la inamovilidad,
¿Porqué fortalecerla? porque es la única que tenemos, ¿Porqué justificarla?, porque con ésto establecemos una línea clara hacia el conocimiento ¿Porqué preservarla? Porque debemos tener claro la responsabilidad que conlleva la gran capacidad del ser humano para la destrucción.
"Du grosses Gestirn! Was wäre dein Glück, wenn du nicht Die hättest, welchen du leuchtest!
Zehn Jahre kamst du hier herauf zu meiner Höhle: du würdest deines Lichtes und dieses Weges satt geworden sein, ohne mich, meinen Adler und meine Schlange.
Aber wir warteten deiner an jedem Morgen, nahmen dir deinen Überfluss ab und segneten dich dafür“
“Tú, gran astro, qué sería de tu felicidad ¡si no tuvieras a aquellos a los que iluminas!
Diez años hace que vienes a mi cueva, ya estuvieras harto de tu luz y de tu andar, sin mí, ni águila y mi serpiente.
Pero nosotros te aguardábamos cada mañana, tomábamos tu grandeza y te bendecíamos por ello”
Así hablaba Zaratustra
Friedrich Nietzsche
Con esta perspectiva cabría entender que el conocimiento sólo cabe cuando estás ahí para entenderlo, también lo cuestiona aquello de:
“Si en la profundidad del bosque, cae un árbol ¿hace ruido?”
También con ésto se busca establecer que esta vida es la única que tenemos, más allá, no tiene sentido, sobre todo un más allá metafísico, es decir, aquello que no se sujeta a las reglas de la física (la gravedad, la atmósfera, la energía,  el espacio – tiempo, etc.)
Las especies luchan, con conciencia o no, por ser exitosas, de ello depende su preservación, la medida es la de la cantidad de miembros de cada una de ellas, sin dejar de entender que hay una relatividad en este concepto, pues el entorno es más que relevante, quiero decir el ser humano es la especie más exitosa sobre la faz de la tierra dada su tremenda capacidad para modificar el entorno. Al ser la especie más exitosa, sólo lo que de ella se extiende tiene un sentido relevante.
“Pienso, luego existo” de aquí se ha partido en el pasado, para diferenciarnos de las otras especies animales.
El monoteísmo fue un gran salto en la humanidad, pero el tiempo ha demostrado que nos acercamos a la inamovilidad, es decir, hacer que todo quepa en un solo dios, obliga a mantener un control férreo frente a los feligreses y sobre todo ante aquellos que no lo profesen.
Así reza la comodidad que debilita la vida:
Un poco de veneno de vez en cuando, produce buenos sueños, mucho veneno al final para bien morir.
Trabajar, pues trabajar es un pasatiempo, pero cuidándose de que éste no se vuelva contra ti.
No desear ser pobre o rico, ambas cosas son incómodas ¿quién quiere gobernar?, ¿quién quiere obedecer? Ambas cosas son incómodas.
No guiar, no ser guiado, todos quieren lo mismo, todos son lo mismo, quién piense lo contrario, voluntariamente se dirige al manicomio.
Las estructuras mentales y la evolución del pensamiento son al final del día, una y la misma cosa, es decir, el aprendizaje sólo es posible viviendo y el entorno es quien lo configura.
Aquello de que el que vive en un ambiente que juzga aprende a juzgar, es esencialmente cierto, esto es, el cerebro aprende lo que se repite constantemente.
No tienes la capacidad de controlar tu memoria, no puedes recordar lo que quieres los recuerdos aparecen como respuesta a estímulos externos; un sonido, un olor, una imagen, etc. Es por ello que las personas olvidan y pueden cargar con lastres que de otra forma les haría mucho daño, aunque, por desgracia, también olvidan las buenas cosas que les han pasado.
La sabiduría le pone límites al conocimiento, dice Nietzsche, ser sabio no es sinónimo de hacerlo bien, ser sabio también tiene que ver con imperativos, estar convencido no quiere decir que estás haciendo lo correcto, si acaso es un síntoma de que ya no estarás disponible para conocimientos nuevos.
Partiendo de estas ideas, quiero establecer lo siguiente:
El cerebro va adquiriendo conocimiento conforme pasan las horas y se han desarrollado sus sentidos, el trabajo real empieza con ¿qué hacer con las cosas que ya sé?
El tono y la métrica con que un recién nacido escucha las palabras o cualquier sonido, es algo que genéticamente ya está definido, es decir un grito tiene significados de alerta o alegría, armonizados con el medio ambiente, sin embargo el significado tácito no quiere decir la comprensión de las palabras, para ello se requiere de mayor entrenamiento. Las palabras que emite un recién nacido no son, en el sentido estricto balbuceos en un idioma de bebés, sino falta de entrenamiento en sus mecanismos de expresión externa.
El conocimiento es también un aprendizaje, quiero decir, el conocimiento no tiene una clasificación prestablecida, las cosas aprendidas no se acomodan en un escalafón determinado ¿determinado por quién me preguntaría? Los sentidos se suceden en el tiempo pero el tiempo aquí es atemporal, pues el tiempo es sólo la sexta dimensión que se une y configura con los sentidos. La memoria así, se guarda en una secuencia sin reglas pero que coincide y se imprime en el tiempo sin fechas ni horarios pues la única referencia es que sucedió en el mismo instante infinito de sentido – tiempo. Aquí hay una similitud con el concepto espacio – tiempo de Einstein, donde el espacio son los sentidos y forman un producto constante con el tiempo y de igual manera para determinar en mayor magnitud la información de los sentidos el tiempo se reduce hasta la proporción adecuada en la relación espacio – tiempo.
La perfección por su parte es un seceso irrepetible, es decir, ocurre en ese sentido – tiempo que es consecuencia de mucho trabajo y entrenamiento, aprendizaje en el sentido estricto de la palabra. Siendo como es, irrepetible, no tiene sentido buscar la perfección alcanzada por otros, al trabajar duro consigues tu propia perfección en eventos irrepetibles, la felicidad que eso trae aparejada es la que te alienta a buscar una nueva perfección, pero también, ser prudente es una necesidad que evita la locura malsana, malsana porque te lleva a los imperativos de la razón y con ello a la sabiduría y, ahí se tuerce todo.